Hunger in Venezuela
Elsy y Venancio, agricultores.
Testimonio
“Dicen que la comida la acaparan, yo creo que la oposición la esconde para echarle vaina al gobierno. En las noticias oigo que los van agarrando y les quitan lo que tienen pero igual no mejora. Amanece y anochece y es lo mismo. Si hay para uno, no hay alcanza para el otro. No creo que vaya a mejorar la escasez. Estaba fea la situación pero ahora está peor, desde hace cinco o seis meses estamos comiendo pura papa.
Antes hacía mercado en Mérida pero ahora no hay qué comprar y el flete para ir son 3.000 bolívares y para volver igual: 6.000 bolívares en total. La bodega que queda cerca, vía El Morro, ya el señor no la abre porque ¿para qué va a abrir si no tiene mercancía para vender? La última vez lo único que tenía era sal.
Hoy desayunamos papa, no hay pasaje (acompañante), Vamos a almorzar papa y a cenar papa ¿Carne de dónde? Carne no hay.
Hay días que no tenemos ni papa.
Los niños lloran porque tienen hambre y me piden arepa, extrañan el atol antes de dormir en la noche. Los mandamos a la escuela que queda a una hora de camino por la montaña sin avío y a las 11 de la mañana ya vienen de vuelta buscando comer algo. Hasta los maestros se van porque tienen hambre. En la escuela no hay ni comedor. Nuestra nevera se dañó hace un año pero para qué arreglarla si no tenemos nada que guardar, el agua ya viene fresca de la montaña. Tampoco llega el gas, cocinamos con leña.
Sembrar trigo significa esperar ocho meses, la papa cuatro. Tenemos sembrado pero no es suficiente, no vendemos, solo cambiamos con la comunidad por otros productos cuando un vecino tiene más necesidad que nosotros.
Cuando los niños comen se ponen contentos a jugar, si no están quietos y tristes. Como no quieren comer más papa, no salen del cuarto. Hasta los perros aborrecen las papas y las gallinas comen tierra porque no podemos perder dos días en cola, aguantando hambre y sol, para un kilo de alimento”.
Elsy Cadenas, 32, y Venancio Araque, 50, agricultores.
Ocho hijos entre 7 y 17 años de edad.
Tapiecita, estado Mérida.